El arzobispo de Toledo, Francisco Cerro Chaves, ha centrado su escrito con motivo del 1 de mayo en la seguridad y dignidad laboral. “La pérdida de cada trabajador nos obliga a reflexionar sobre una sociedad que, lamentablemente, no ha logrado garantizar el derecho fundamental a la vida en los lugares de trabajo”, escribe el prelado. Por eso, ha advertido de que es “imprescindible” adoptar y promover una “cultura preventiva” para proteger la salud y la vida de “todos los hombres y mujeres que se desempeñan laboralmente”.
Cerro Chaves ha recordado que durante 2023 fueron 721 las personas que perdieron la vida en siniestro laboral. Ante estas cifras, ha “reiterado” que la “dignidad de la persona, la salud y la vida deben ser prioritarias en la organización del trabajo”.
De este modo, ha zanjado que “un empleo que no vela por el bienestar de los trabajadores no puede considerarse como un trabajo digno”. Por eso, Cerro Chaves ha instado a un “cambio profundo” hacia una cultura que “valore la vida” y a conseguir un compromiso para “crear condiciones que la protejan [la vida] en el entorno laboral”.
El llamamiento ha sido para la Iglesia, pero también a la “sociedad en general”. “Para que no permanezcamos indiferentes ante el dolor y la esperanza de nuestros hermanos del mundo del trabajo y hagamos nuestras las palabras del Papa Francisco: 'El trabajo es para la vida. Ni una muerte más'”.
El arzobispo ha resaltado que el empleo no consiste “solo en un cauce para obtener un ingreso económico”, sino que es “realización personal” y también “fuente de solidaridad con los pobres”.