Estimada Sra. Alcaldesa:
le escribimos sobre la turistificación del Casco Histórico.
Pretender recoger, en pocas líneas y con breves pinceladas, el sentir de los toledanos que vivimos en el barrio del Casco Histórico, es una proeza. Hay tantos viejos y nuevos problemas, y tan poca voluntad política para ponerse a la tarea, que a los vecinos se nos fuerza a pensar que es mejor desistir, que es mejor que el Casco Histórico, como barrio, se yaya al carajo, que se convierta definitivamente en ese ensoñado museo-negocio temático que algunos aman con pasión empresarial. Somos nosotros, los vecinos residentes, los que construimos el entorno de vida urbana auténtico y real del Casco. Por nosotros, Sra. Alcaldesa, usted puede aún presumir de un “Casco Histórico vivo”, y quien no lo quiere ver, ni proteger, no tiene altura para estar en el Ayuntamiento de esta ciudad. El Casco Histórico, como barrio con auténtica vida vecinal, no está muriendo, sino está siendo asesinado por ser la gallina de huevos de oro para una industria codiciosa que influye en el poder político. Es la misma clase de codicia que hace que el río Tajo sea un cadáver hídrico, que hace que el paisaje de Los Cigarrales que se está saturando de edificaciones, que hace que el patrimonio de la Vega Baja sea la crónica de una muerte anunciada… Igual que tantas otras cosas.
Sra. Alcaldesa, en el resto del mundo es una realidad estudiada y probada que el sector empresarial que se beneficia económicamente de la actual masificación del turismo origina problemas a los residentes de ciudades y barrios donde se concentra esa actividad mercantil. Y en ese resto del mundo hace tiempo que sus autoridades comenzaron a legislar y actuar para intentar evitar los evidentes daños colaterales que causa el turismo masivo en la población local. Pero aquí, los gobiernos municipales, los anteriores y el actual que usted preside, no toman iniciativa alguna, incluso se oculta la creciente turistificación del barrio tras los decimonónicos argumentos empresariales de generación de riqueza y de puestos de trabajo, argumentos que en política, históricamente, lo justifican todo, sobre todo arbitrariedades e injusticias. Los vecinos del Casco nos sentimos abandonados a nuestra suerte por un Ayuntamiento que aplaza y aplaza decisiones correctoras de los evidentes excesos del sector turístico. Como vecinos solo vemos a políticos municipales que fueron elegidos para solucionar problemas reales como éste, pero que solo son jarrones de adorno en un mundo político donde lo único importante es la apariencia y la imagen.
Sra. Alcaldesa, en este fenómeno nefasto de la turistificación, si bien por parte de su Ayuntamiento nos encontramos con la pasiva nada, por parte de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha nos topamos con un muy decepcionante Decreto 36/2018, de 29 de mayo, sobre apartamentos turísticos y viviendas de uso turístico, que es una norma mercantilista que se concentra en garantizar derechos del turista como consumidor, y evita de forma intencionada la verdadera cuestión que preocupa: garantizar los preferentes usos urbanísticos residenciales en los barrios explotados por el sector turístico. Un decepcionante decreto regional que, a mayor inri, en el Casco Histórico, transcurrido más de un año de vigencia, y siendo una rareza su cumplimiento, se hace evidente que ni Ayuntamiento ni Junta tienen prisa por hacer cumplir: ni requisitos, ni inspecciones, ni placas identificativas, ni límites, ni desarrollo normativo municipal, ni sanciones… Ni una tercera parte de los alojamientos no hoteleros están controlados por la administración. Una vez más, los vecinos del Casco sobrevivimos en una selva donde el transcurso del tiempo solo favorece los intereses de los que especulan con la vivienda para prostituirla como alojamiento turístico. Una selva de barrio donde el número de viviendas vacías disminuye y que paradójicamente pierde población residente. No hay nada, ni nadie, que en las instituciones públicas proteja con claridad y firmeza el derecho a la vivienda residencial en este barrio acosado por intereses turísticos. Porque, Sra. Alcaldesa, las viviendas, no son hoteles.
Sra. Alcaldesa, los residentes del Casco somos muy conscientes, como testigos de primera línea, de ese notable 20% de PIB de la ciudad que aporta el sector turístico, aunque dudamos seriamente de como ese beneficio empresarial revierte en la calidad de vida de una mayoría de los vecinos del Casco que son ajenos a ese sector, pero éste es otro asunto a debatir. Pero por mucha importancia económica que tenga una actividad mercantil que se desarrolla en este barrio, no se puede obligar a vivir como figurantes del Casco a los ciudadanos que tienen su hogar en el Casco. Unos ciudadanos que, por la presión económica del sector turístico en todos los ámbitos sociales y económicos del barrio, sufrimos la decadencia del auténtico comercio de proximidad, pagamos mayores precios como consumidores, soportamos continuos problemas de movilidad como viandantes, encontramos mayores dificultades de acceder a una vivienda residencial, somos discriminados como usuarios del transporte público cuando hay obras para favorecer a los negocios de transporte turístico, y encima somos continuamente insultados como “turismofóbicos” solo por querer ejercitar nuestros derechos como ciudadanos en el barrio donde vivimos.
Sra. Alcaldesa, le describimos nuestra realidad, nuestra experiencia como vecinos ante el negligente dejar pasar y dejar hacer existente en materia turística en el Casco Histórico, el barrio donde están nuestros hogares. Vivimos como su Ayuntamiento ejerce sus competencias sobre turismo solo para favorecer los beneficios del sector, despreciando como insignificantes y asumibles los daños colaterales a los vecinos residentes del Casco. Acontecimientos como “El Greco Toledo 2014” y “Toledo Capital Gastronomía 2016”, concentrados en el Casco Histórico, produjeron ganancias económicos a la ciudad, principalmente a los empresarios, pero también es una realidad que han potenciado una burbuja turística, una burbuja que ha sido aumentada con el parque de atracciones Puy du Fou, una burbuja que alimenta la especulación comercial e inmobiliaria en el Casco Histórico, una especulación gemela a la del “ladrillo” que su Ayuntamiento fomenta y para nada combate. Otra vez “riqueza y puestos de trabajo” lo explica todo.
En definitiva, Sra. Alcaldesa, confiando en que tiene competencias para actuar sobre este problema de la turistificación del Casco Histórico, y que lo reconoce como un problema y no como un privilegio, le reclamamos, ya, un control municipal eficaz que ponga límites a un sobredimensionado sector empresarial turístico, le reclamamos una política municipal que priorice la calidad de vida de los residentes locales por encima de los intereses económicos empresariales, y le reclamamos que conserve, garantice y fomente la población y el ecosistema auténticamente vecinal del Casco Histórico.
Sra. Alcaldesa, le aseguramos que los vecinos del barrio del Casco Histórico podemos convivir con un sector turístico sostenible, pero no con un sector turístico despótico y depredador.
AV Iniciativa Ciudadana TOLEDO HISTÓRICO