La Residencia para personas mayores Barber de Toledo cuenta con un brote de COVID-19 que afecta hasta el momento a 23 trabajadores del centro -entre ellos el médico- y a 13 usuarios del mismo, según han confirmado a este medio fuentes de la Consejería de Bienestar Social.
Tal y como adelantó La Tribuna de Toledo, el brote afecta desde hace varios días a este centro dependiente de la Junta de Castilla-La Mancha en el que se inoculó la primera dosis de la vacuna contra la COVID-19 el pasado 7 de enero, según traslada familiares de residentes.
El centro, como todos los de carácter público en la región, prohibió las visitas a familiares desde hace varios meses, una decisión con la que muestra su desacuerdo un familiar de una usuaria del mismo: "Se demuestra que prohíbir las visitas no ha servido más que para aumentar su deterioro cognitivo y su soledad", agrega sobre la falta de contacto directo que pueden mantener con los residentes. Remarca además en este sentido que desde hace una semana no ha podido tampoco comuncicarse con su familiar a través de una vídeollamada.
En declaraciones a este medio, reprocha también "la falta de información" desde la residencia sobre este brote. "Me enteré por la calle y no consigo información", apunta al tiempo que recuerda que el pasado mes trasladaron una queja por este motivo al Defensor del Pueblo, que ha pedido informacion a la Consejería de Sanidad y va a solicitar más datos.
No obstante, agradece la labor que desempeñan los trabajadores de esta residencia sobre la que reclaman "transparencia e información" y que en los próximos días, según el protocolo de vacunación, tendría que inyectar la segunda dosis de la vacuna de Pfizer.