Son varias las ocasiones en que los usuarios de la línea 92 nos encontramos con autobuses fantasma, especialmente entre las 15.00 h y las 17.00 horas.
Autobuses anunciados en los dispositivos de las paradas y en la aplicación COPI Toledo que, una vez que aparecen como cercanos en todos los dispositivos, no hacen el servicio y se actualizan los tiempos de espera hasta el siguiente autobús (generalmente más de 15 minutos de espera). Son autobuses que, además, aparecen en los horarios de la propia aplicación y de las paradas como existentes.
Esto, que insisto ocurre con mucha frecuencia, hace que sea imposible para los usuarios de la línea poder organizar trasbordos con otras líneas, llegar a tiempo a otros transportes (tren, autobuses interurbanos…), o a cualquier cita o compromiso.
La línea 92 es una línea con muchos, muchos usuarios. Una línea muy larga que recoge muchos usuarios al conectar casi todos los barrios de la ciudad, y con una escasa frecuencia de 22 minutos en las horas punta, a lo que si le sumamos los autobuses fantasma, encontramos servicios con autobuses llenos, muy llenos, y a los que hemos tenido que esperar más de 40 minutos.
He presentado esta queja bastantes veces tanto en la página web de Unauto como en el buzón del ciudadano del Ayuntamiento de Toledo en relación a la línea 92 y estos autobuses fantasma, y no he obtenido respuesta en ninguna ocasión.
Estoy convencida de que no soy la única usuaria que se ve perjudicada por esta situación y también de que, tanto Unauto como el Ayuntamiento de Toledo son sabedores de los problemas que acarrea esta línea 92, por lo que sólo me queda esperar que, aun no siendo usuarios ni los unos ni los otros de los autobuses urbanos, empaticen con quienes necesitamos y queremos utilizar el transporte público, y hagan los posible (más autobuses, mayor frecuencia, reorganización de horarios…) para poder atender todos los servicios.
Además, recuerdo al Ayuntamiento de Toledo, que Unauto cobra por kilómetros recorridos que, cómo no se comprueban, son kilómetros teóricos. Es decir, Unauto cobra igualmente por el servicio de los autobuses fantasma. Ahora que los autobuses urbanos tienen GPS es fácil detectar que servicios se prestan en realidad y auditar que esos kilómetros “recorridos” efectivamente se hacen y no se simulan.
Artículo de una usuaria de la línea 92 (cuando me dejan)