La “devastación” de kilómetros de bosque de ribera en el río Alberche, aguas abajo del embalse de Cazalegas, en Toledo, ha generado alarma, tristeza y frustración. “Es uno de los proyectos más destructivos que ha habido en la comarca en los 46 años que llevamos funcionando”, explica José Luis de la Cruz Alemán, portavoz de la asociación naturalista Ardeidas, de Talavera de la Reina.
Han elaborado un informe de para mostrar su “enérgica protesta”, ante la “gravísima y desoladora situación” que se ha llevado a cabo en la ribera del río Alberche y que, según denuncian, sigue adelante todavía en octubre. Fue en 2023 cuando empezaron a ver los primeros movimientos de tala en el bosque de ribera. “Dimos la voz de alarma y montamos un poco de lío”, recuerda de la Cruz Alemán, hasta que la Confederación Hidrográfica del Tajo(CHT) se puso en contacto con ellos. “Nos dijeron que habían puesto en marcha un plan de recuperación de las riberas”, señala.
Pero no acabó ahí. La “destrucción” de la arboleda, que antes coronaba los márgenes del río Alberche, continuó en julio y agosto de este año. “Cuando todo el mundo está de vacaciones”, afea Alemán. Con fecha de 24 de agosto de este año, publicaron un informe en el que aseguran que se ha “eliminado toda la vegetación autóctona” del “frágil ecosistema”, en acciones que “contradicen las leyes nacionales y europeas que protegen nuestro medio ambiente”. Con esa fecha, resaltan, se había intervenido 1,5 kilómetros de ribera. Pero ahora es “mucho más”.
“Lo principal es que han decidido eliminar un bosque, que no tenía especies invasoras, pero sí autóctonas como álamos, olmos, o tarayes, que lo hacían era sujetar los bordes del suelo. Y lo que hacían era crear un efecto de protección. Aunque el río se desborde, si tiene vegetación en sus orillas, las consecuencias serán menores, no como lo que está pasando aquí con esto ahora”, describe Alemán.
Las imágenes, lamenta, son “devastadoras”. Han publicado vídeos de lo que era el bosque, y lo que queda ahora. Lo que antes era una arboleda intensamente verde, ahora es un río con orillas secas.
El informe que redactó la asociación se ha enviado a la Confederación Hidrográfica del Tajo, para pedirle explicaciones como organismo competente en la gestión del río Alberche, pero también al Defensor del Pueblo, al Seprona, según afirman desde la asociación, y se ha elevado además a instancias europeas. “Este proyecto va en contra de todas las leyes de protección de la naturaleza de España y de la Unión Europea. Contra la Directiva de Aves, contra la Directiva Marco del Agua, contra el Pacto Verde Europeo, la Agenda 2030... Es increíble”, recalcan desde Ardeidas.
La Confederación Hidrográfica del Tajo, tras las preguntas de elDiarioclm.es, afirma que ha solicitado información “pertinente” a las unidades técnicas “competentes” para contestar a los requerimientos de información realizados por parte de grupos ecologistas, entre ellos, Ardeidas. “Posiblemente, se les remitirá en próximos días”.
Un “atentado contra la biodiversidad”
“Los bosques de ribera son los más sensibles en el planeta. Cuando se deforesta una ribera, como en este caso, se eliminan árboles centenarios, árboles maduros y esto puede influir en los efectos de posibles riadas. Si entra una DANA de las que tenemos ahora, se lleva la ribera, terrenos de cultivo, puede entrar en urbanizaciones... Pero lo principal es que se destruye un bosque de ribera”, describe de la Cruz Alemán. Un “atentado contra la biodiversidad”, en definitiva, que también afectará a las aves migratorias en su paso, o a las residentes que buscan en estas arboledas un refugio para sus crías. “Esto es un atentado ecológico”, concluyen desde Ardeidas.
El profesor Máximo Florín, ecólogo y profesor titular de la Universidad de Castilla-La Mancha, dice no entender si las acciones llevadas a cabo en la zona se han producido por “ignorancia o mala fe”. “La conectividad longitudinal es ecológica, y se refiere a comunidades de vegetación de ribera y a todo lo que acompaña a las distintas partes del río. Esta obra lo que plantea, lo que va a hacer, es destrozar todas estas comunidades. No habrá conectividad longitudinal”, explica.
Además, Florín coincide en afirmar que las obras van contra la Directiva Marco del Agua, la normativa europea de gestión del agua. “Desde que se promulgó, lo que dice es que hay que mejorar el estado de las masas de agua. Pero con esto lo que van a hacer es empeorarlo”, resalta el experto. “Lo que se está haciendo es dotar [el río] de un perfil más artificial. No es una canalización propiamente dicha”, añade.
Y las consecuencias que pueden tener este tipo de medidas, apunta, van desde a que se le “resta capacidad al propio río”, que deja de poder arrastrar los sedimentos como debe y se van acumulando. “Lo que no puede ser es que vengas y digas, yo hago una obra aquí y me lo voy a llevar todo por delante”, advierte el experto.
“En el pecado tenemos la penitencia, porque muchos problemas que tenemos ahora de calidad de agua podrían paliarse con la capacidad de autodepuración de los ríos si tuvieran su ribera bien conservada, con su llanura de inundación, sus cauces secundarios operativos. Esto ayudaría mucho a la calidad del agua”, afirma Florín. Las consecuencias de este tipo de acciones se verán también luego aguas abajo, concluye.
El problema es con los bosques
Lo que ocurre con la vegetación de ribera del río Alberche no es un caso único en la provincia. Este mismo verano, la asociación ARBA de Toledo capital denunció que se había “aniquilado” una restauración natural de más de 400 plantas en una zona muy cercana al río Tajo, en la capital toledana. Debido a una “pésima labor de desbroce con un criterio de vergüenza”, se arrasó con las plantas de especies autóctonas, que se estaban plantando en virtud de un convenio con el propio ayuntamiento y la Universidad de Castilla-La Mancha.
En Valdepeñas, Ecologistas en Acción denunciaba también a mediados del mes de septiembre la pérdida choperas y alamedas en la localidad ciudadrealeña, “debido al descenso del nivel freático por la extracción incontrolada de agua para cultivos leñosos intensivos”. “Los chopos y álamos ya no pueden sobrevivir en esas condiciones y tristemente se hace necesario sustituir a los ejemplares muertos por especies más resilientes”, lamentaban en un comunicado.
El portavoz regional de Ecologistas en Acción, Jesús Garrido, explica que el problema es con los bosques y su conservación. “Un árbol requiere de una biodiversidad a su alrededor para considerarse un bosque”, resalta. “Los bosques son la manera de frenar el cambio climático y de que las ciudades sean soportables. Sin ellos no tendremos agua potable, no tendremos energía. Subirá la temperatura”, reflexiona el ecologista.
“Las administraciones tienen que ser muy conscientes de que la biodiversidad pasa por la plantación de árboles, de arbustos y por la conservación y mantenimiento de los bosques, especialmente los maduros”, recalca Garrido. “Esta sí es una economía circular interesante”, concluye.